A cor fantasma es una propuesta Àngels Barcelona que otorga voz al hormigón, uno de los materiales cuya historia corre paralela al de nuestro desarrollo moderno. El hormigón y sus aplicaciones connota ideas ambivalentes, ya que si en ciertos aspectos puede asociarse con nuestro sistema de comunicaciones y de vivienda, a la que hurgamos en el camino que este recorre desde que se obtiene en bruto hasta que adquiere utilidad, descubrimos una red de intereses monetarios que trasciende a sus expectativas originales.
Mònica Planes, en colaboración con la curadora Margot E. Cuevas, nos recuerdan en A cor fantasma que el hormigón, el cemento, antes que objeto humano, es naturaleza, así que plantean una relación orgánica con este, en la que esta materia prima dialoga con el cuerpo en formas de interesante dinamismo. De este modo, el procedimiento seguido para gestar las piezas de la muestra desafía los límites entre escultora y escultura, quién de las dos ha marcado la pauta que garantiza y justifica el arte.