A raíz del segundo acto de la exposición Todo lo sólido se desvanece, presentada en la Fundació Suñol, me hago eco del proyecto Apropa Cultura. No es nuevo, sus orígenes datan de 2006, aunque nunca está de más atender a su propuesta, ya que si la difusión del arte entre la población siempre es necesaria, más lo es entre colectivos en situación de vulnerabilidad.
De ahí que la exposición en la Fundació Suñol sea una muestra dialogada, guiada, al ritmo de los visitantes y, por lo tanto, pensada desde la libertad. Con las preconcepciones al margen, el ejercicio didáctico se centra en la observación, el comentario y el interés dialectico entre las obras y un público que, por lo general, no es su habitual.
Las obras escogidas para la ocasión forman parte del fondo de la Fundación. El rasgo común a todas ellas es la abstracción, con una variedad de acercamientos que incluyen formas, texturas y materias diferentes.
Volviendo a Apropa Cultura, añadir que el proyecto no solo abarca las salas de arte, también acerca la programación cultural de teatros, auditorios y festivales. Además, de sus propuestas se pueden beneficiar tanto los usuarios como los educadores sociales, que tienen a su disposición formaciones vinculadas al proyecto.