Berto Martínez

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La llegada de la fotografía supuso a lo largo del siglo XX una renovación de los lenguajes publicitarios clásicos. Uno de los frentes más damnificados fue la ilustración comercial, que de ser protagonista absoluta fue convirtiéndose en una hermana pequeña que hasta fin de milenio viviría bajo su sombra. Actualmente, la ilustración nacional vive un momento dulce, gracias en parte al trabajo de Berto Martínez, un artista que aúna tradición y modernidad en un estilo que, ante todo, no renuncia al realismo.

«No sé si me decanté por él de forma premeditada. Después de trabajar con diferentes estilos fui desarrollando un lenguaje cada vez más realista por las posibilidades expresivas que me ofrecía. Buscaba un lugar intermedio entre la ilustración y la fotografía. Después de agotar diferentes recursos infográficos sentí la necesidad de volver a recuperar los lápices y pinceles. Mi formación fue esencialmente de dibujo y representación naturalista».

Hasta la fecha, Berto ha demostrado su talento en variedad de ámbitos, desde sus colaboraciones con revistas y periódicos a trabajos en el mundo de la moda y la publicidad, una producción constante durante los últimos años que le ha llevado a perder la cuenta de sus propias ilustraciones.

El trabajo lo es todo, y tanto el procedimiento como el tiempo invertido son una parte importante de su éxito: «Después de una búsqueda de referentes y documentación pueden pasar muchos días desde los primeros bocetos hasta el resultado final. El proceso técnico consiste en  aplicar acuarela mediante veladuras y lápiz de  grafito y color con la ayuda de proyección fotográfica. Es un trabajo básicamente artesanal aunque el último paso sea digitalizar, que sin duda, es el momento más aburrido del proceso. El tiempo invertido depende del tamaño o complejidad del trabajo. Suelo vivir atosigado por algún director de arte».

Pero también reconoce que «siempre dispongo  de cierta –y necesaria– libertad en cualquier ámbito». Ya sea en publicidad, como en prensa o en cualquier otro medio para el que haya trabajado, «la obra de un ilustrador no tiene por qué responder al criterio de quién la demanda, así que intento  no estar demasiado condicionado por el cliente. En prensa suelo tener carta blanca y es donde me siento más cómodo, aunque constantemente intento buscar otros formatos donde aplicar mi trabajo con la inquietud de ampliar la función y los soportes  de la ilustración».

Sus referentes son muchos y van de «la pintura barroca y clasicista de Rembrandt, Ingres y Sargent hasta la escuela realista de ilustradores del siglo XX (Drew Struzan, David Grove, Richard Amsel…). También me ha influido el cartel de principio de siglo (Alphonse Mucha y Ramón Casas) , la fotografía (desde la Camera Work de Steichen a Anton Corbijn), aparte de la música, que siempre es una gran motivación».

Berto reconoce cierta influencia fotográfica aunque sus ilustraciones deban competir con ella. «La fotografía se ha convertido en un medio de creación y documentación de importancia capital y la ilustración debe convivir con ella. Quizás se avecine un alud de fotografía hecha por amateurs con cámaras digitales y se imponga de nuevo la ilustración como gran medio de expresión artística. Aunque disfruto de la fotografía como espectador, desplazarla en un medio de comunicación siempre es una pequeña victoria». ¿Y qué se necesita para conseguirlo? ¿Qué virtudes posee su trabajo para hacerse ese hueco en el mercado?
«Intento proponer una alternativa a la fotografía, a veces con una visión algo mas subjetiva o simplemente con otro tipo de lenguaje. La ilustración siempre fue el principal contenido gráfico en los medios de comunicación, y aunque está actualmente desplazada por la supremacía de la fotografía es importante seguir enriqueciendo el ámbito de la comunicación con el trabajo del ilustrador».

Está claro que nosotros, el público, seremos los primeros en salir ganando de esta sana competencia, y si el resultado alcanza niveles de calidad como los demostrados por Berto Martínez, mejor.

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Imágenes (c) Berto Martínez