Galería Zielinsky alberga desde mediados de junio la exposición “Abraxas”, de Daniel Ortega. Está enmarcada dentro del programa Art Nou, que este año celebra su décima edición.
“Abraxas” es una investigación además de una muestra. Es un análisis del paisaje urbano y de la capacidad de este para la transformación en nuevas lecturas. Es una muestra pictórica y escultórica donde elementos superficiales trabajan por un discurso hondo, no visible a simple vista pero omnipresente.
De ahí el Abraxas del título que, como la deidad a la que invoca, trabaja por fuertes dualidades (natural/artificial, visible/invisible, etc.) y establece un diálogo propiamente esotérico que también puede ayudarnos a entender nuestro paso por el mundo. Daniel Ortega lo explica a través de sus obras, de las referencias en ellas y también de sus ausencias; a través de los materiales también, llevados a otro nivel de plasticidad.
En conjunto, “Abraxas” es una realidad posible, un mundo que a través de sus vestigios conecta con los orígenes de la civilización, con sus rituales, sus reliquias y todo receptáculo de una fuerte carga simbólica.

