Entrevista a Antonio Ladrillo

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La dificultad de entrevistar a un artista de múltiples facetas es no dejarse nada en el tintero y que todos los aspectos de su producción queden reflejados en las preguntas. Naturalmente, no siempre se consigue, pero basta con aproximarse para sentirse satisfecho. Con Antonio Ladrillo me ha ocurrido algo parecido: Diseñador, ilustrador, pintor…, su relación con lo artístico daría para varias entrevistas, así que, en un obligado ejercicio de concreción, me he lanzado a la esencia de su trabajo y todos esos elementos que hacen a sus obras únicas y atractivas. El resultado, ocho preguntas que nos acercan a un artista que apuesta por las dualidades clásicas y la complejidad de lo aparentemente sencillo.


Lo que más llama la atención de tus creaciones es el hecho que engloben por igual diseño, ilustración y pintura. ¿Cómo llegaste a ellas y en qué orden?

Desde que puedo recordar he estado interesado por las formas, los colores y el espacio. Por cómo son percibidos, por su manera de convivir  y ocupar los lugares. La mayor parte de mi vida la he pasado pintando, fue alrededor de los veinte años cuando llegué al diseño a través del arte. Creo que aunque las similitudes entre ilustración, diseño y pintura son numerosas, también son muchas las diferencias.

Y aunque tengan puntos de conexión, tus creaciones en cada una de ellas son muy distintas. ¿Inquietud o buscas una diferencia premeditada?

Las conexiones son inevitables, al igual que sus diferencias. No es, por tanto, algo premeditado. Cada medio tiene su propia manera de existir. El proceso a la hora de pintar un cuadro de 2 x 2 metros no es el mismo que el que se lleva a cabo a la hora de hacer un flyer para un club. En los dos se está trabajando con elementos o situaciones que pueden ser comunes, pero el objetivo y la razón de ser es muy diferente en cada caso.

Tu obra plástica aboga por la geometría pero a su vez es espontánea y no se deja tiranizar por las formas convencionales. ¿Qué intentas transmitir y por qué hay una predilección por el blanco y negro?

Podríamos hablar de una geometría gestual; una base geométrica rota, sin embargo, por el gesto. Me interesa especialmente el sentido de lo clásico, de lo que perdura en el tiempo, lo atemporal. “Un hombre del siglo veinte produce una sombra bizantina violeta oscuro”, escribió Yehuda Amijai. Tengo obsesión por cómo envejecen las cosas, cómo aguantan la mirada y de qué manera responden ante el pensamiento.
La reducción al blanco y negro me atrae por la eterna dualidad entre lo claro y lo oscuro, lo lejano y lo cercano, lo lleno y lo vacío, y también, o al menos así lo percibo yo, entre la geometría y lo gestual. El blanco y el negro me permiten trabajar esa dualidad que tanto me interesa. Es una reducción que genera ideas claras, y volviendo al tema de lo clásico y lo atemporal, satisface mi inquietud por estos aspectos.

¿Y a qué se debe este contrapunto naïf en tus ilustraciones?

Lo naïf me atrae en el sentido de lo poco sofisticado, de aparentemente poco trabajado, de lo despreocupado y audaz…
No me interesa atrapar todos los detalles y en lo naïf hay cierta plasticidad en la que me siento a gusto, las formas y los colores tienden a ser un poco más libres sin perder la referencia a la que aluden, y no solo me refiero al resultado final de la imagen sino al proceso.

La presencia de animales en tus obras es constante. ¿Las referencias fabulescas llegan mejor al público?

Trabajo con formas de animales humanizados porque me gusta dibujar personas con estos atributos, por pura fantasía. Me lo paso bien haciendo relaciones de elementos, me resulta divertido. No se trata de referencias fabulescas ni de llegar mejor al público, simplemente me ofrece posibilidades.

Pinturas, pósters, logotipos, portadas de discos… ¿qué te gustaría que fuera lo siguiente?

Me gustaría participar en el diseño de un videojuego. Me interesa mucho como objeto cultural y creo que poder trabajar conjuntamente aspectos propios del diseño y también de la pintura con otros específicos de este medio, como la interactividad o la jugabilidad, sería algo fantástico.

Teniendo tantas inquietudes, ¿puedes compaginarlas sin problemas o se roban protagonismo entre ellas?

Compaginarlo todo resulta complicado, no solo por logística sino por concentración, por espacio mental. Algunas temporadas sólo pinto, otras me centro en el diseño. El dibujo, ya sea abstracto o más figurativo, siempre me acompaña en ambas actividades.

Aunque imagino que son complementarias, ¿cuál de ellas te da más satisfacciones a la larga?

Son actividades que tienen que ver mucho con necesidades vitales y cada una de ellas, en diferentes momentos de mi vida, me han dado satisfacciones. Me han ayudado a explorar diferentes problemas estéticos, a aprender y a profundizar en mis inquietudes.