Entrevista a Sonia Carballo “Socatoba”

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Sonia Carballo es Socatoba, el pseudónimo de una artista con una producción que se debate entre la seducción y la crudeza. Sus obras son un análisis pictórico de la psique humana y la relación de ésta con las formas y el color. Extremos incómodos para todos aquellos que se niegan a ver más allá de la belleza aparente.


Tu obra está dominada por una fuerte dicotomía, tanto a nivel técnico como estético. ¿Puede decirse que estás en contra de los términos medios?

Para nada. No, no estoy en contra de los términos medios. Trabajo normalmente con varias series a la vez, con varias técnicas y varios recursos estéticos, al igual que con temas variados. Esto hace que dentro de esa dicotomía de la que hablas, convivan los términos medios.

Tu estilo también evidencia esos contrastes, pasando con facilidad de un trazo bruto y directo a uno más barroco y detallista. ¿Cómo riges tu proceso creativo? ¿Pasas de la crudeza a la sofisticación o al inverso?

Mi proceso creativo se rige principalmente en una necesidad de expresión. Dependo mucho de mis estados de ánimo, de situaciones que me ocurren o veo en el día a día. A veces soy consciente de ello y otras no. Paso de la crudeza a la sofisticación y al inverso continuamente, es fácil para mí ir de un polo al otro.

De esta faceta detallista resaltaría el trato que recibe el cabello de tus personajes, voluptuoso, orgánico y, en ocasiones, más vivo que ellos. ¿Podríamos considerarlo un personaje adicional o no deja de ser un necesario recurso estético?

El cabello en la serie “Formando parte de un paraíso” es un personaje adicional, que acompaña a los personajes principales. Ellos lo utilizan como escudo ( propio, orgánico, que nunca muere…) ante los peligros que les acechan, ya que dentro de cualquier paraíso también existen. Esta serie sigue caminando por varios estados, hasta el punto que el cabello se vuelve en contra de sus dueños, como alegoría a la esquizofrenia. La manera de tratarlo lo hace a su vez un fuerte recurso estético, teniendo así una doble significación, conceptual y estética.

Repasando la serie Sentimientos Encontrados, me fascina la presencia de todos esos elementos geométricos que, ni condicionan ni pasan inadvertidos. ¿Qué hay tras esta coexistencia pacífica entre formas antagónicas?

Esa coexistencia existe justo para crear un equilibrio entre la forma gestual de los personajes y el geometrismo equilibrado, pero siempre aparecen conectados entre sí. Una vez más intento reflejar esa parte positiva y negativa que todo llevamos dentro. Cohabitan pacíficamente en un mismo lugar, adquiriendo las dos la misma importancia.

Los niños también han sido protagonistas de tus obras, con interpretaciones grotescas y hasta hostiles. ¿Es algo personal o piensas que esta clase de modelos ha gozado de una sobreprotección artística, como si no se pudiera concebir un lado oscuro en la infancia?

No creo que hayan gozado de una sobreprotección artística a lo largo de la historia del arte. No soy ni la primera ni la última artista que ha utilizado el tema de la infancia en su obra. Personalmente, siempre me ha atraído este tema, porque todos hemos tenido una, que, cómo no, nos ha influido en nuestra vida adulta; y aparte están todas esas historias de infancias torturadas: niños soldado, niños obreros, niños violados, niños enfermos… algo que sigue ocurriendo cada día en una multitud de países. Para mí, este tema es una llamada de atención para el público, acostumbrado a ver esta realidad casi cada día en documentales y noticias, tanto que pasan desapercibida ante sus ojos.

Pese a lo crítico y descarnado del conjunto, tus principales trabajos invocan a las emociones e incluso a un anhelado paraíso. ¿Crees en las utopías personales y globales?

Si creo en las utopías personales y globales, pero esto no significa que no tenga los pies en la tierra. Por eso me dedico al arte, porque puedo crear paraísos, infiernos, representar sueños, miedos… ¡todo lo que mi cabeza y mis manos me dejen hacer!

Tus trabajos suelen poblarse de parias sociales y emotivos, aunque no dejan de ser un reflejo de la realidad en la que vivimos. ¿Crees en el arte aún puede servir, como en épocas pasadas, para sacudir conciencias?

Sirvió y sirve, sólo depende de los ojos de quien los mire. El arte es muy subjetivo. Hay personas que pueden tener delante algo horrible y no sentir nada. Otras sin embargo pueden admirar una flor y verter lágrimas por ello.

Más allá de la técnica, veo que das mucha importancia a la superficie, trabajando con distintos tipos y gramajes de papel. Aparte de cuidar el discurso, ¿qué importancia le das a la experimentación?

A la experimentación le doy una gran importancia, no puedo remediarlo porque soy muy inquieta… Me encanta encontrar maneras diferentes de utilizar una técnica, o un soporte, al igual que con los discursos y temas… Pienso que un artista nunca deja de formarse, a todos los niveles. La perfección no existe, pero lo que yo suelo pensar con mi obra es que siempre lo puedo hacer mejor. Como dijo el escritor Hermann Hesse: “Hay quienes se consideran perfectos, pero es sólo porque exigen menos de sí“.

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