Entrevista a Iván Solbes

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Pese a sus defectos, las redes sociales también nos proporcionan de vez en cuando grandes sorpresas dentro del arte y el diseño. En mi caso, gracias a Facebook, tuve la oportunidad de descubrir el trabajo de Iván Solbes, un ilustrador de inagotable talento y trabajos que derrochan, ante todo, imaginación. Un artista para “hacerse fan”.

Aunque sea una pregunta algo tópica, no puedo evitar preguntarte por tus orígenes como ilustrador. ¿En qué momento decides serlo?

Desde muy pequeño siempre me gustó dibujar. Tengo muchos recuerdos de mi más tierna infancia y ya andaba con una hoja y un lápiz. En la guardería, en el cole, el instituto, siempre con mis dibujillos. Luego hice la carrera de Bellas Artes y al acabar busqué un equilibrio entre lo que es mi vocación y las posibilidades que me ofrece el mundo y la sociedad que me rodea. Ilustrador es lo más parecido que encontré: por un lado hago lo que más me gusta, que es dibujar, y por otro tengo el enorme privilegio de vivir de ello. Me siento realmente afortunado.

¿Tenías en ese instante algún referente destacado?

La verdad que no mucho, no conocía en persona a más ilustradores. Tenía algún amigo diseñador que trabajaba como freelance y me guió un poco y me dio alguna dirección para empezar a moverme. También, por prensa y revistas, conocía ilustradores a los que admiraba mucho por su trabajo y por su profesión. Con los años he llegado a conocer a alguno.

¿Y en la actualidad sigues de cerca a otros ilustradores?

Claro que sí, y además que Internet ofrece la posibilidad de estar al tanto de lo que hace la gente por todo el mundo. La cantidad de información de la que podemos disponer es impresionante, nunca antes el acceso a la cultura fue tan masivo, democrático y global.

¿Qué piensas del auge de la ilustración digital y qué papel juegan estas tecnologías en tu trabajo?

Los ordenadores han abierto una nueva era en la ilustración. Por un lado dan la posibilidad de crear estilos propios del lenguaje, por llamarlo de alguna manera, “electrónico”. Quiero decir: formas de dibujo que sólo las da el ordenador o, en concreto, el programa que estemos usando. Un ejemplo es el estilo y la limpieza que dan los programas que trabajan con vectores, tipo Freehand o Illustrator. Por otro lado, te solucionan la vida de una manera increíble. Hoy en día con tu ordenador puedes hacer cosas para las que antes hubieras necesitado una imprenta y mucha paciencia. En mi caso yo dibujo todo a mano y luego lo coloreo y organizo en el ordenador.

Aunque a nivel técnico te mueves entre diferentes estilos, se aprecia una predilección por las composiciones y formas geométricas. ¿Tus ilustraciones cuentan con una planificación muy medida o lo dejas más en manos de la improvisación?

Suelo hacer muchísimos bocetos, lleno cuadernos enteros hasta que doy con una imagen muy básica que me llama la atención. Luego la dibujo mejor y más grande, y ahí es donde empieza la improvisación y las buenas o a veces malas sorpresas. Planificación e improvisación se suceden en mi forma de trabajar.

Esas geometrías de las que hablaba me conducen a “Mola tener 5 años”, el libro infantil que recientemente has ilustrado. ¿Has tenido que hacer algún esfuerzo o cambio sutil en tu estilo para adaptarlo a las necesidades de un público más joven?

Pues este libro resulta que fue un encargo de una agencia de publicidad llamada Revolution que quería celebrar de esta forma tan original su quinto aniversario. Se hizo una primera edición para regalar a amigos y clientes. Luego me dieron permiso para buscar una editorial que quisiera publicarlo para venderlo. El libro era más un libro infantil para adultos, eso pensaba cuando lo dibujé. Pero resulta que no, que a los niños les gusta mucho. Me llegan noticias de amigos padres cuyos hijos están encantados con las ilustraciones geométricas. Realmente yo lo dibujé lo mejor que pude y sin pensar mucho en el público infantil porque no tengo muy claro qué les gusta. A veces intentaba recordar mis gustos cuando era pequeño, de ahí saqué alguna idea, sí, pero poco más.

¿Y qué tal esta experiencia editorial? ¿Tienes más proyectos en mente?

Bueno, crucemos los dedos, el libro acaba de salir. El editor me ha dicho que no me haga muchas ilusiones pero bueno, nunca se sabe. Se publican muchísimos libros y hay muchos chanchullos de por medio. Pero bueno, el hecho de verlo en las librerías para mí ya es suficiente. Habrá que ver qué tal va. Ilustrar un libro supone muchísimos meses de trabajo en tus ratos libres porque no es algo de lo que saques mucho beneficio económico. Es un hobby muy bonito. Si este libro nos da alguna alegría o dos, sacaré ánimos para pensar en otro, si no, no sé yo…

Actualmente se pueden adquirir tus ilustraciones online. ¿Te has planteado, como otros ilustradores hacen, entrar en el mercado del arte y las exposiciones regulares?

Pues sí, lo he pensado. Pero tranquilamente, sin prisas, si algún día hago dibujos o pinturas que tengan un formato y sobre todo un nivel que considere adecuado para entrar en una galería ya me buscaré la vida en ese mundillo, de hecho conozco a unos galeristas interesados. Por ahora la venta online me parece perfecta para lo que estoy haciendo.

Una de las cosas que te preocupan es tener una relación cordial y cercana con tus clientes. Ahora, gracias a tu web, blog y página de Facebook, ese feedback positivo se está extendiendo al público. ¿Piensas que las redes sociales se están volviendo un elemento necesario en la carrera de un artista?

Las redes sociales han cambiado mi vida profesional. Son impresionantes, y esto es sólo el comienzo. Gracias, sobre todo, a Facebook, estoy en constante comunicación con mucha gente interesada en mi trabajo. Es como si publicara en una revista o un periódico. Además, lo mejor es que estas redes son democráticas y libres de intermediarios. Si te gustan mis dibujos te haces fan y podrás ver todo lo que voy publicando. Y me recomendarás a tus amigos. Todo depende del trabajo, de la calidad de lo que haga y nada más, es de lo único de lo que me tengo que preocupar, de esforzarme y dibujar lo mejor que pueda, y así la red se va ampliando. Yo ahora tengo a más de 5.000 personas siguiendo mi diario de dibujos. Y sobre todo, teniendo en cuenta lo corrupto que es el panorama laboral de este país, en el que importa más quién seas y de dónde vengas que tus méritos y tu esfuerzo, se agradece un montón que existan maravillas como Facebook.

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