No es la primera ocasión que en Underdogs se habla del trabajo de Jorge Rodríguez-Gerada. La ambición de sus obras resulta patente en las dimensiones que estas adoptan, en las tremendas logísticas que actúan sobre la geografía urbana, en especial, aquellos proyectos que requieren la distancia de una vista de pájaro para apreciarse. CŎR/CORE es uno de sus más recientes ejemplos, una obra ubicada en el municipio de Santa Coloma de Gramenet, próximo a Barcelona, en el que el artista cubano-americano incide en el carácter multicultural de esta urbe. En Santa Coloma de Gramenet conviven 114 nacionalidades distintas, una esencia que corre por las venas del enorme corazón que Rodríguez-Gerada pintó en la superficie del Parc dels Pins.
Le preguntamos a Jorge cuáles fueron los principales desafíos de un proyecto en el que se emplearon más de 90 litros de pintura poliuretano deslizante de alta duración. Tengamos en cuenta que, como parque público, el tránsito de personas por el emplazamiento es constante. Más allá de estos aspectos técnicos, “el desafío era mostrar la multiculturalidad del lugar y que la gente del barrio lo tome como algo propio, que la obra sea para ellos y la sientan de ellos”.
CŎR es un proyecto comisariado por Anja Mila y Arcadi Poch. Ellos pensaron el sitio para Jorge, conocían su interés en este tipo de obra, con vistas aéreas. “Al ver el lugar, me encantó. Desde el punto de vista de la composición, el reto fue cómo cubrir ese espacio, ese medio círculo con una forma inusual. Rellenar por rellenar no tenía sentido, había que darle una forma para transmitir la idea. Por eso hice un juego con las venas y las arterias que forman las caras, de esta manera se pudo cerrar la idea y ocupar la superficie completa”.
Un arte como el suyo, con un marcado carácter urbano y social, parece ajeno a las políticas de las ciudades, donde la apuesta gira en torno al patrimonio histórico. Con CŎR, Jorge Rodríguez-Gerada y su equipo pone el acento en la vivacidad de las urbes y la materia prima de esa energía: sus habitantes. ¿Pero qué función cumple un arte como el suyo en las ciudades de hoy? “En el arte urbano de hoy en día hay dos tipos de formas de trabajar: una es la que funciona como un efecto paracaídas, artistas que trabajan directamente con su estilo, sin implicarse ni mirar el lugar que van intervenir. La otra forma, y en la que me siento más a gusto, es la de intervenir el lugar pero teniendo en cuenta la historia que hubo y hay en el sitio y conocer la gente que lo ocupa. La obra está directamente relacionada con estas historias, el sentido que se le da es en base a la gente que vive y hace el lugar”.
Al repasar la trayectoria de Jorge, evocamos sus tiempos en Culture Jamming, un movimiento que durante los ochenta definió el posicionamiento de los artistas, en especial, del artista urbano, frente a la marca. En perspectiva, “cuando empecé con Culture Jamming no existían términos como urban art o street art. Algunos artistas que empezaron haciendo arte crítico diluyeron su dirección para poder ser un éxito en el mercado. Hoy, veinticinco años más tarde, la presión está en mantener una estética reconocible para que pueda alimentar la fama y las ventas en el mercado. Esto ha hecho que se pierda el arte con crítica social que fue algo de lo que enamoré en su entonces. Intento no caer en un estereotipo de mí mismo y seguir siempre innovando para no aburrirme y tampoco aburrir a los demás con algo repetitivo que no sirva al entorno donde intervengo con mis obras.”
Imágenes aéreas: Delabrave
Fotos proceso: Héctor Granada / Fer Alcalá