Ideal Centre d’Arts Digitals es el resultado de reconvertir un antiguo cine de barrio en una muestra de cómo la tecnología puntera puede ofrecer nuevas experiencias artísticas. Tomándose en serio el significado de la palabra “inmersión”, convierten 800 m2 del edificio en un contenedor de arte. Un contenedor que, en esta ocasión, exhibe el trabajo de Gustav Klimt, así como una narrativa que nos traslada a la Viena del cambio de siglo. Hablamos de más de 1000 metros cuadrados de pantalla que aspiran a maravillarnos, a mostrarnos las reglas de un universo pictórico que, por sus características, se presta para este tipo de espectáculos. Imaginad los dorados de Klimt allí donde miréis, sus obras más representativas en un tamaño considerable y un elemento animado que justifica los 90 minutos que dura cada sesión.
Antes podías estar inmerso en un libro o en una película, en la experiencia inmersiva de Ideal cae toda metáfora y, literalmente, te ves envuelto por el arte.

