Inversiones es la ambiciosa propuesta de Oliver Roura, pura experimentación que incluye un concienzudo trabajo con resina y pintura y unos resultados que, pese a la bidimensionalidad que reflejan, están repletos de niveles. Una experiencia entre pictórica y orgánica que, junto a las obras del artista vasco Juan de la Rica, se podrán disfrutar hasta el 5 de marzo en la Berger Gallery de Barcelona.
¿Por qué “Inversiones”?
Se llama Inversiones por la técnica que uso al pintar. El proceso es el “inverso” al método que se utiliza convencionalmente. Creo que en casi un 100% de las obras puramente pictóricas el artista añade pintura paulatinamente hasta crear la imagen deseada, siendo la última pincelada la que se observa en primer término. En cambio, en Inversiones, la primera pincelada que doy es la primera que se ve. Luego, superpongo capas y capas de pintura hasta conseguir el efecto a proyectar en la obra. Sé que puede resultar confusa su comprensión pero el secreto del proceso no tiene muchos acertijos. Es el mismo desarrollo pictórico pero a la inversa.
Por la numeración de las distintas “inversiones” adivinamos lo ambicioso del proyecto. ¿De cuántas obras se compone esta serie? ¿A día de hoy es un proyecto cerrado o aún puede dar más de sí?
De momento sigue abierto. Y ahora no sé hasta qué número llegaré. La 1ª Inversión fue la primera obra que conseguí realizar satisfactoriamente uniendo la parte técnica y la parte conceptual. Sus inicios se forjaron asentando su base en el Caos, derivando hacia la geometría fractal y siguiendo en la representación y observación de la naturaleza, más concretamente en el crecimiento y expansión de ésta. No sé hasta cuándo seguirán las Inversiones pero de momento siento que me queda mucho por investigar.
Uno de los aspectos más llamativos de estas obras es la técnica y experimentación tras ellas. ¿Qué puedes contarnos del proceso, en especial del trabajo con resina?
El proceso técnico es uno de los pilares en los que se asienta mi trabajo. Ha requerido más de un año de experimentación hasta conseguir lograr mis objetivos. El cómo es mi secreto y el porqué ahora te lo cuento: Desde que empecé en la Massana siempre he perseguido pintar de la forma más plana posible, con muchas capas de pintura, reservas con cinta… Pero ha sido en Berlín donde he desarrollado mi propio lenguaje. El cambio surgió un día limpiando el bote donde hago las mezclas de pintura. De repente descubrí lo que andaba buscando. Este tiempo me he dedicado a llevar ese hallazgo a un soporte pictórico, un cuadro. Ha supuesto también un minucioso trabajo de laboratorio, pruebas con diversos materiales, temperaturas, mezclas… hasta conseguir crear una obra.
En cuanto a la resina cabe decir que es un elemento indispensable para forjar el proceso; la utilizo única y exclusivamente a modo de soporte. Para mí es muy importante que lo que vea el espectador sea únicamente pintura; sin barnices o resinas que la cubran porque ello rebaja la calidad pictórica e incluso puede llegar a distorsionar los efectos que crean los colores.
En una buena parte de las obras presentadas la composición da gran importancia al centro del lienzo. En algunos casos es a través de un círculo, y en otros, gracias a una aglomeración de formas. ¿A qué se debe esta predilección?
La composición en mis obras tiene muchísima importancia, es aquella parte del trabajo en la que no interviene el azar y a partir de la cual desarrollo toda la obra. El motivo temático de mi pintura antes de llegar a Berlín era la familia y mi entorno más cercano. Trataba de realizar un retrato psicológico de la persona a la que representaba. Para realizarlo utilizaba formas geométricas puras, manteniendo una composición central. Esta disposición en mis cuadros evoca en realidad a la parte espiritual de mi trabajo.
Lo mismo se podría decir de ese componente orgánico que, al contrario de las neuronas o tejidos a los que se asemeja, más que recibir estímulos, los transmite. Aunque cada persona puede sacar sus propias conclusiones, ¿qué discurso hay tras Inversiones?
Inversiones es un experimento pictórico donde trato de representar la evolución y la conducta que siguen ciertos elementos naturales, como los árboles en crecimiento. Utilizo este concepto llevándolo al terreno más primario de la pintura, a su esencia, a los materiales que la componen y a cómo estos se relacionan y reaccionan entre sí.
El camino que recorre un líquido sobre una superficie rígida, empujado por una fuerza externa, es completamente imprevisible. Las ramas de un árbol, por ejemplo, se moldean según las condiciones climáticas a las que están expuestas. De nuevo interviene el azar a la vez influenciado por múltiples acciones y decisiones simultáneas.
Tu obra discurre por el camino de la abstracción sin caer en extremos geométricos y líricos, aunque también es cierto que en Inversiones predominan unas formas más concretas. ¿Has ido redirigiendo tu estilo en una dirección o eres más de romper con el pasado, por muy reciente que éste sea, y empezar cada vez de cero?
Antes de llegar a Berlín mi pintura tenía una base geométrica muy marcada. Estaba en pleno proceso de crear un diccionario de símbolos propio. Pero en el momento en que empecé a desarrollar la nueva técnica todo lo que había hecho anteriormente comenzó a derrumbarse. No es que renunciara a lo anterior, más bien tuve la sensación de que iba a empezar algo nuevo. Decidí destruir las formas geométricas y resultó ser una deconstrucción de la imagen que llegó al Caos absoluto. En este momento tuve que detenerme y reflexionar. Fue entonces cuando decidí pintar simplemente lo que estaba viendo.
¿Qué otros estilos y/o artistas consideras cruciales en tu desarrollo como artista?
Dos artistas muy influyentes en mi obra son Julie Meheretu y Peter Zimmerman. En Julie me apasionan sus inmensos lienzos donde mezcla estructuras arquitectónicas con formas orgánicas creando así un diálogo muy interesante entre ambos elementos. Esta artista tiene unos acabados perfectos. Utiliza cera para dejar la superficie de los cuadros totalmente lisa. Cuando uno se coloca en frente de una de sus obras da la sensación de estar viendo un paisaje en movimiento, se mezcla lo urbano con lo bucólico y salvaje.
En Zimmerman sus transparencias crean superficies orgánicas que transportan a un mundo mágico. Superpone la resina con colores de forma exquisita. Su influencia en mi obra está concentrada básicamente en la utilización del color y en el uso de transparencias que es lo que provoca en su obra sensaciones indescriptibles.
Un detalle que me llama la atención de tu experiencia son esos años de formación teatral. ¿Han llegado a ser de utilidad en tu obra plástica o están totalmente al margen?
Creo que el teatro sí que influye en mi pintura. Simplemente porque me ha enseñado a levantar la cabeza al andar, mirar y observar el entorno con detenimiento y a entender muchas cosas de la vida.
Cuando pinto una obra de cierto tamaño utilizo el movimiento del cuerpo, hasta llegar a tal punto que me parece estar bailando. Con lo cual el teatro ha influido directamente en el ritmo y en la forma de representar mis experiencias.
