Las webs del sector del arte acostumbran a trabajar con muchas imágenes. A la que el artista, galerista o museo de turno quieren darse cuenta, han llenado con ellas el espacio asignado por el servidor.
La primera recomendación al respecto es optimizar las imágenes. Optimizar incluye una reducción importante del peso y del tamaño de las imágenes. Recordemos que no todo el mundo dispone de conexiones a Internet rápidas, o suficientes datos en el móvil como para descargarse fotografías tal y como salen de la cámara.
Para optimizarlas hay varias opciones. La primera, conseguir un software de optimización que solvente la papeleta. Existe software profesional (como Photoshop) y, por lo tanto, cuesta dinero, o software libre que, para en prestaciones avanzadas quizá se quede corto pero que, para el tema que nos ocupa, van más que sobradas. La segunda opción es emplear herramientas online, que son bastante efectivas aunque el proceso sea más lento e implique soportar mil y un anuncios (lo barato sale caro).
En cualquier caso, nos deben quedar imágenes grandes pero de buena calidad, perfectas para una pantalla. Tampoco muy grandes, ya que nadie quiere visualizarlas en tamaño poster. Sobre la calidad, lo importante es que las imágenes sean fieles a los colores originales y que tampoco estén distorsionadas, por lo que, en el caso de la venta online, la experiencia del usuario en ningún momento se vea comprometida.
Otro drama posterior a la publicación de imágenes en Internet es hacer frente a la gestión de estas. Herramientas populares como WordPress trabajan con muchas miniaturas derivadas de la imagen publicada. Esto es bueno porque, dependiendo de las circunstancias de visualización, ofrecen una versión optimizada que gana en velocidad de carga. El problema aquí es que una mala configuración de WordPress genera más miniaturas de las que realmente se usan. Ese exceso de imágenes se queda en el servidor ocupando espacio. Con el paso de los años, esas imágenes excesivas pueden suponer gigas de información por los que tu proveedor de hosting te cobrará. Una buena gestión de esas miniaturas te puede ahorrar dinero cada mes.
En ambos casos, el exceso de peso de las imágenes y su cantidad en el hosting, redunda en la velocidad que esta adquiere cada vez que alguien la consulta. A más lenta, peor la tratará Google en el posicionamiento. Otro drama en caso de que te lances a una campaña de publicidad online.
Foto por Ståle Grut on Unsplash